El curriculum como formación.
Presenta: Federico Martínez Gutiérrez
En el presente de la educación básica en México, ésta se encuentra en un periodo de transformaciones, las cuales marcan una tendencia hacia el rediseño curricular y al cómo la misma podría ayudar a transformar las prácticas docentes a una praxis educativa con sentido. Las herramientas que nos permitirán realizar este acto se encuentran inmersas en el desarrollo del estudio analítico y crítico del curriculum, al plantearlo como una herramienta de trabajo, como instrumento y como espacio de experimentación, sin perder de vista la afectación que tiene el mercado editorial al curriculum.
A decir de
En este aspecto vemos con gran preocupación, el cómo es que la docencia se pierde en el abusar de los medios, al grado de utilizarlos de manera sistemática, quedando en un segundo plano la conceptualización del curriculum, quizás esto debido al poco análisis que se le da al mismo. Sería de gran ayuda el observarlo como un medio por el cual se podrían resolver las problemáticas que la misma educación nos platea.
1. El currículum, es un plan que orienta la selección de las experiencias de aprendizaje (TABA, 1974).
2. El currículum es el conjunto de experiencias de aprendizaje (JONSON, 1970).
3. El currículum es el resultado de las experiencias de aprendizaje (ARNAZ, 1990), en ese mismo sentido es que se identifica al curriculum como la herramienta conceptual.
Muchas de las ocasiones el docente piensa en el curriculum como la respuesta a todos aquellos problemas que se tienen dentro del aula, un curriculum es siempre una solución, aunque sea provisional y discutible en su valor y en sus formas de expresarse, a un problema educativo y nuestro oficio consiste precisamente en encontrar y llevar a cabo soluciones prácticas a dichas problemáticas,
Al realizar dicho planteamiento, se requiere de identificar el problema y al mismo tiempo observar la viabilidad de la curricula propuesta para la solución; ya que la educación en muchas de las ocasiones no logra ser efectivamente un puente entre la enseñanza y los aprendizajes significativos.
En acuerdo con Contreras 1991, el curriculum influye e incide en la calidad de la enseñanza, cuando éste se ha pensado y analizado, en otras palabras, se podría decir que el curriculum ofrece al profesorado un modo alternativo de desarrollar con una cierta selección de conocimientos y determinados materiales, sin embargo, si este se utiliza como una receta y no se piensa desde la práctica, será un instrumento de conducción.
El docente frente al aula pocas de las ocasiones se detienen a pensar en la curricula, aunque sea sabedor de que lo que se establece en el libro de texto es parte de ella. Muchas de las ocasiones la docencia se desarrolla en el libro, convirtiendo al libro en la principal herramienta, aún y cuando se pensó en él como un medio para resolver una problemática específica.
Es el curriculum que intenta funcionar como un instrumento: se supone que sabiendo cómo funciona obtenemos de él lo que es capaz de darnos
En la medida en que el curriculum se tome como una receta, lo único que se logrará, será la transmisión de conocimientos que poco o nada impactará la vida del alumnado, ante ello, es que se tiene que tener especial atención a la difusión de proyectos y métodos, en donde lo que se ocupa es que se les diga cómo se hace, perdiendo de vista que el curriculum da respuesta a ciertos problemas y a su naturaleza especifica.
Podemos saber por tanto que procedimiento no funciona o no consigue los resultados esperados, pero no sabemos por qué, cómo conducir nuestra práctica. Cuando no funciona un método, demandamos otro y ya esta. No podemos, por consiguiente, aprender de nuestra experiencia, por que nuestra herramienta de trabajo nos lo impide
En lo anterior radica la importancia de no tomar el curriculum como un receta más, y si el de recalcar el hecho de que éste se vuelve un instrumento para orientar y reorientar la práctica docente, que si se lleva a una sistematización adecuada nos estaremos acercando al ideal de realizar una praxis educativa.
Al entender el curriculum como una herramienta y un instrumento, seremos sabedores de que existe la posibilidad de utilizarlo como un espacio de experimentación, siempre desde la visión de desarrollar objetivos específicos, que además sean medibles y que tengan un sustento en un problema real.
Un beneficio más de ser críticos ante el curriculum, es el de que podemos desarrollar actividades que rompan con la rutina, tanto de la docencia como del discente. Podemos perder de vista que los objetivos que tienen valor para la resolución de la problemática no estén siendo los correctos, en este sentido Stehose, en
Si todo curriculum es una solución a los problemas de la enseñanza, es diferente el tipo de curriculum que obtendremos si pensamos que lo que hay que comunicarle al profesor es una solución terminada o un espacio en el que buscar y experimentar las soluciones
Ante esto nace un nuevo reto, el ¿cómo formular hipótesis que realmente permitieran experimentar? ¿Qué características tendría un curriculum con el que aprender realmente fuera una necesidad?
Para dar respuesta a estos cuestionamientos recurrimos al pensamiento de Contreras (1991), el cual hace mención a al menos cuatro puntos que se tendrían que seguir:
1. Expresaría la naturaleza del problema educativo que se quiere abordar y la hipótesis de actuación con la que se quiere experimentar en términos de la relación que existe, y que se puede rastrear, entre lo que se pretende y lo que se propone.
2. Expresaría principios de actuación que le permitieran buscar en cada caso la estrategia de actuación que se ajuste a las circunstancias concretas.
3. Ofrecería selecciones de conocimiento, materiales y modos de actividad que se formulan entre sí mismos como problemáticos, esto es, como espacios hipotéticos para la búsqueda de la coherencia con los valores educativos.
4. Proporcionaría ideas para la indagación, cuestionamiento y reformulación tanto de la práctica en la que uno está participando como la propia propuesta curricular.
Es importante hacer el señalamiento de que a través de este tipo de acciones, el curriculum adquiere una dimensión de mejoramiento de la práctica educativa, dejando de lado la costumbre de normar la educación desde el curriculum. Al realizar un curriculum de la manera en que se plantea, estaremos en posibilidad de que como profesores nos formemos en la profundización de los problemas profesionales y en la solución de los mismos cuando trabaja con si herramienta profesional el curriculum.
Por ultimo, se hace necesario dar un pequeño vistazo a las construcciones que hacen las casas editoriales entorno al curriculum, ya que a nuestro parecer este logra normar la educación y desarrollar un cierto tipo de pensamiento y de sujeto que no es el que va acorde con las necesidades educativas del contexto.
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